2022 es también el Año Europeo de la Juventud, de ahí la oportunidad de tratar en este conversatorio este asunto. En este sentido, David Lafuente, subdirector General y director de los Programas Erasmus+ Juventud y Deporte y Cuerpo Europeo de Solidaridad, se muestra “moderadamente optimista” y advierte de la importancia de no pecar de ‘adonismo’, es decir pensar que antes no ha existido nada y tener que crear algo nuevo.

 

Por el contrario, Álvaro Couceiro, Policy Officer de políticas sociales y empleo del Foro Europeo de Discapacidad (EDF), afirma que ellos no consideran “que el resultado de la Conferencia del futuro Europa fuera muy inclusivo con las personas con discapacidad”. Así lo explica: “Hicimos un análisis de informe final en el que encontramos únicamente 6 menciones, en algunas de ellas además con terminología equivocada para cuestiones que pueden ser importantes, pero desde luego están muy alejadas de los principales retos que tienen las personas con discapacidad en Europa. No creo que la inclusión fuera muy correcta”. Concluye asegurando que “la Conferencia del futuro Europa a nuestro parecer dejó bastantes lagunas”.

 

Como representante de la juventud, además de patrona de la Fundación CERMI Mujeres, Cristina Paredero, asegura que “nunca va a haber una inclusión real si no se cuenta con los jóvenes en primera persona y en especial con las personas y las mujeres con discapacidad”. Apela a la accesibilidad como vía fundamental de participación, sobre todo para poder colaborar con todas las esferas políticas, sociales y públicas. “Creo que ningún programa va a ser completamente inclusivo si no se hace partícipe a las personas con discapacidad desde el acceso hasta el final de los programas, y para eso las entidades tienen que darnos la oportunidad y por supuesto escucharnos”. 

 

 

“Tenemos muchas esperanzas puestas en la Presidencia española”, asegura Couceiro en una segunda ronda del conversatorio que modera José Manuel González Huesa, director de cermi.es y director general de Servimedia. Explica que nuestro país ha mostrado un impulso e interés en incluir en la agenda determinadas cuestiones y confía en que uno de los logros sea la tarjeta Europea de discapacidad, “que va a ser para para todo el movimiento europea un enorme avance en términos de consecución de la ciudadanía europea”, tanto para la movilidad laboral, como la educativa, o el acceso a un derecho en igualdad con el resto de los ciudadanos. “La tarjeta europea de discapacidad va a ser ese gran avance y necesitamos que España sea un gran aliado”, expresa. A su vez, comenta que para lograr un Centro Europeo de Accesibilidad habrá que preparar muy bien la licitación y que el CERMI será sin duda uno de los artífices de los logros que se alcancen en materia de discapacidad en ese semestre. 

 

En este punto, David Lafuente desvela que posiblemente el año 2023 sea el Año Europeo de la salud mental, “probablemente se anuncia oficialmente dentro de un mes” y será una oportunidad para España, “para la Presidencia española, precisamente en el segundo semestre y después para el liderazgo en una cuestión tan importante, vinculada también a elementos de discapacidad como es la salud mental, un tema importantísimo, máxime dadas las consecuencias de la pandemia”.

 

Además, detalla una estrategia de inclusión que quieren lanzar en un par de meses para los programas europeos de juventud, comenzando con el sector de la discapacidad para continuar luego con otros como la población gitana, migrante, etc. Asegura que España es líder en estas cuestiones y explica: “Si tenemos un liderazgo europeo en este tipo de políticas es gracias, por un lado, a que existe una voluntad política, pero por otro lado, a esa colaboración con el tercer sector, con el Grupo Social ONCE, Plena inclusión y por supuesto con el CERMI, solamente así es posible”. 

 

Cristina Paredero, por su parte, se felicita de que por fin se hable de salud mental: “Creo que ya era hora de que se le diera prioridad a esto y es una muy buena oportunidad para hablar de interseccionalidad en primera persona, para hablar de apoyos específicos y personalizados, porque no puede haber un liderazgo real y no puede haber una visibilización real si los apoyos que nos dan las diferentes entidades no se centran en cada persona”.

 

Para Álvaro Couceiro también sería una gran noticia que 2023 se declarara Año Europeo de la Salud Mental pues “desde el punto de vista de los derechos, es de las discapacidades que tienen más obstáculos pues no están siendo considerados correctamente desde el ámbito legislativo programático europeo”. Destaca, a su vez, las tasas de desempleo en estos casos, pero sobre todo de inactividad, y comenta el avance que en la UE se está dando ya a los procesos de desinstitucionalización, una realidad que a menudo afecta también a las personas con problemas de salud mental, que “sufren en gran medida estos procesos que les privan de sus derechos más básicos, les privan de la vida en comunidad privada, de la capacidad de decidir sobre sus propias vidas”. Aunque anuncia que todavía necesitan un empujón para que este proceso se convierta en una prioridad transversal en Europa. 

 

Finalmente, según entiende David Lafuente, “la juventud es algo transversal y, al final, unos por otros, pues nadie se ocupa”. En nuestro país, además, explica: “La política de juventud es una política descentralizada, es decir, la llevan las comunidades autónomas, con lo cual, en no pocas ocasiones, no se puede llevar una política coherente a nivel estatal, sino que dependes de la voluntad de las distintas comunidades autónomas, que pueden tener distintas líneas estratégicas”. Confirma, además, que sí hay fondos, pero “hace falta la voluntad política para que vayan transferidos a políticas de juventud, es necesaria esa colaboración y ese diálogo entre las distintas autoridades competentes”.

 

Pilar Villarino es la encargada de cerrar el conversatorio y comenta que en la presidencia de 2002 se logró declarar 2003 Año Europeo de la Discapacidad, y el EDF ha pedido que ocurra algo similar en la presidencia de 2023. Comparte la idea del resto de participantes de que el trabajo en alianzas puede ser al final la clave del éxito y asegura que es también “una oportunidad buena en nuestro caso para hacer incidencia política y para hacerla en ese trabajo colaborativo de alianza que es el gran valor que tiene ese tándem entre sociedad civil/administración en España, que es una de las cuestiones que nuestro país tiene que poner en valor ante sus socios europeos en el semestre de Presidencia”. Concluye afirmando que “la Presidencia española sí que debe servir para otra cuestión que no ha salido hasta ahora y es poner en valor todo lo bueno que hace España en política social, que muchísimos socios europeos no lo tienen”.